Larga fue la vida de diofanto, cuya sexta parte constituyó la infancia; su mentón cubriose bello después de otro doceavo de su vida; la séptima parte de su vida transcurrió en un matrimonio estéril; pasó un quinquenio más y le nació un hijo, cuya vida sólo duró la mitad de la de su padre, que solo sobrevivió cuatro años a la de su amado hijo